Debía de llevarme a casa…
Requena
Rodares tibios
sobre la piel de alarma
Mentones rotos
entre arrugas de adoquín.
Veredas creyendo
en capítulos de flechas
que daban el éxodo
en una esquina cualquiera.

sobre la piel de alarma
Mentones rotos
entre arrugas de adoquín.
en capítulos de flechas
que daban el éxodo
en una esquina cualquiera.

y casas con sus pianos;
escasez de funerarias
y escalón para caer.
habitando simetrías,
entre risas salpicadas
y fantasmas sin espejos.
desvanecen origamis
estudiándose los pliegues
de palomas marchitas.
a treinta segundos
evita cualquier roce
con la calle de las flores.
bajo grutas inundadas
de aspirinas que no pueden,
de esquinas que no suceden,
y de dolor por dolor.
de lenguas que desarman,
hay amores de ruleta
salivando Carmenere.